Medio ambiente: nuestro futuro inmediato

Es propicio el día para impulsar algunas ideas que se conviertan en acciones que contribuyan al debate que debemos dar en nuestras sociedades y en particular de manera conjunta entre los diferentes pueblos suramericanos.

Por Ricardo Miguel Fessia.- Las Naciones Unidad designaron el día 5 de junio como el “Día mundial del medio ambiente” con el objetivo de que en esa fecha las sociedades se informen, movilicen y actúen para arbitrar los medios destinado a detener la crisis socio ambiental y climática que amenaza al planeta. Se busca destacar que la protección y la salud del medio ambiente es una cuestión fundamental, ya que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico en todos los pueblos. La celebración de este día nos brinda la oportunidad de ampliar los conocimientos para una opinión ilustrada y una conducta responsable de las personas, empresas y comunidades en la preservación y mejora del medio ambiente.

Es propicio el día para impulsar algunas ideas que se conviertan en acciones que contribuyan al debate que debemos dar en nuestras sociedades y en particular de manera conjunta entre los diferentes pueblos suramericanos.

No podemos seguir sujetos a los límites geográficos nacionales que fueron fraccionando el mosaico suramericano y favoreciendo la dependencia de los países del sur subdesarrollado respecto de los ubicados en el hemisferio del norte desarrollado.

Esta dependencia estuvo signada por un sistema internacional de intercambios de bienes y mercancías en donde los pueblos del sur históricamente pusimos las materias primas y los del norte las utilizaron como insumos para la producción de bienes con alto valor agregado gracias al avance tecnológico de sus sociedades, acentuando de esta forma con el correr de los años las desigualdades existentes entre las Naciones.

Los países centrales -Europa, América del Norte o Asia- se organizan en grandes bloques regionales para incidir en un mundo cada vez más complejo, en tanto que el sur de nuestra América permanecemos rezagados en medio de un escenario mundial con los ojos puestos en nuestras reservas de minerales, biodiversidad o agua dulce.

Es oportuno debatir y proponer opciones para que nuestras riquezas no sea expoliadas en tanto debemos permanecer con altos índices de pobreza y grandes daños ambientales en nuestros territorios.

Ha llegado el tiempo de poner en marcha a nivel global un nuevo paradigma de organización social basado en la sustentabilidad ambiental. Necesitamos urgente una estrategia regional conjunta sin importar las ideológicas de los mandatarios y gobiernos.

Tanto el país como el subcontinente fueron dotados de grandes riquezas naturales para producir alimentos y extraer minerales y combustibles. Tenemos además grandes reservas de agua dulce y biodiversidad como la Amazonia o el triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile) tan preciado en la actualidad para poder avanzar hacia una transición energética basada en la utilización de fuentes de energías renovables, ya que este mineral es fundamental para la elaboración de baterías de vehículos eléctricos y el almacenamiento de la energía solar o eólica.

Los desafíos por delante son enormes porque por un lado debemos desarrollarnos y por el otro ponerle límites a un capitalismo que no reconoce de límites salvaje y depredador que pone en crisis la existencia de la vida en el planeta. Para eso, se requiere de voluntad política y sobre todo de un pueblo que acompañe la construcción de un proyecto político, económico y social emancipador e integrador que sea más igualitario y ambientalmente más sustentable.

El autor es rafaelino, radicado en la ciudad de Santa Fe. Abogado, profesor titular ordinario en la UNL, funcionario judicial, ensayista.

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