El intento de despenalizar el aborto en el Uruguay quedó anulado después de que la Asamblea General del Parlamento no logró levantar el veto impuesto por el presidente Tabaré Vázquez contra la opinión de los miembros de su propia coalición política.
En la reunión extraordinaria del Parlamento no se lograron los tres quintos de los votos de cada Cámara necesarios para levantar la negativa presidencial a una reforma que había sido aprobada por diputados y senadores del Frente Amplio.
De acuerdo con lo establecido por la Constitución, el presidente impuso su veto a una reforma legal que permitía la interrupción del embarazo en algunos supuestos, luego que el Senado, con mayoría del Frente Amplio, dio su respaldo al texto previamente aprobado por el Congreso de los Diputados.
En la votación nominal, de los 29 senadores (de un total de 31) presentes en la Asamblea, 14 respaldaron el mantenimiento del veto presidencial y 15 votaron por levantarlo. De los 90 diputados participantes (de un total de 99), 44 reafirmaron el veto y 46 apoyaron su anulación.
Sólo hubo dos diputados del gubernamental Frente Amplio que apoyaron la decisión de Vázquez y varios parlamentarios del Gobierno y opositores se retiraron de la sala, entre ellos el ex ministro y antiguo guerrillero tupamaro, José Mújica, uno de los posibles candidatos «frentistas» para las elecciones de 2009.
El ex presidente Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, fue el único legislador de esta fuerza opositora que apoyó la reforma para la despenalización parcial del aborto.
A favor de mantener la negativa del presidente, votaron en pleno sus opositores: todo el Partido Nacional (o Blanco), el resto de los colorados y el Partido Independiente.
Vázquez alegó argumentos jurídicos, científicos y éticos para imponer su veto y actuar, así, en contra de sus compañeros políticos, en una posición muy criticada en el seno del Frente Amplio. Vázquez, médico oncólogo de profesión, siempre había manifestado que, en caso de que se llegara a la actual situación, ejercería su potestad de veto.
En su alegato para defender su decisión, Vázquez señaló que «la legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación» y que «el verdadero grado de civilización de una nación se mide en cómo se protege a los más necesitados». Añadió que «el aborto es un mal social que hay que evitar» y que «en los países en que se ha liberalizado el aborto, éstos han aumentado».
En el Uruguay cada año se producen más de treinta mil abortos, según cifras oficiales, aunque la realidad podría doblar ese número, como lo señalan organizaciones no gubernamentales. Así mientras avanza una cultura de la muerte en distintos lugares del mundo incluido Argentina, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez se jugó por el derecho a la vida de los indefensos en la panza de las madres.
Quedó firme el histórico veto de Tabaré Vázquez al aborto
Se trata del editorial del programa radial "Sábado 100" por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). Mientras avanza una cultura de la muerte en distintos lugares del mundo incluido Argentina, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez se jugó por el derecho a la vida de los indefensos en la panza de las madres.