Para Ben Hur, el punto fue lo más rescatable

En un partido donde no jugó bien, el equipo de Carlos Trullet empató 1 a 1 frente a Tigre por la quinta fecha del Apertura de la B Nacional. Claudio Bustos, con una impecable definición, abrió el marcador en el primer tiempo. Pero Biasotto, en contra de su valla, determinó la igualdad para los de Victoria. El elenco de Parque Ilolay no pudo abrochar su primer triunfo en casa, ante una buena cantidad de público, pero hace cuatro fechas que no pierde.por Darío Gutiérrez

Cuando Claudio Bustos puso el 1 a 0, promediando el primer tiempo, Ben Hur alcanzaba la punta del Apertura de la B Nacional, lógicamente con la mayor parte de la fecha por jugar. Sin embargo, la gente no le daba mayor trascendencia a un aspecto que desde lo numérico era trascendente. Los motivos son claros, primero que en Parque Ilolay la premisa es estar arriba en la tabla de promedios, antes que en la de posiciones; y segundo que el equipo se había puesto en ventaja, pero desde lo futbolístico no convencía.
Ayer Ben Hur terminó rescatando un punto, y no perdiendo dos. En determinados momentos de la etapa inicial fue superado por su rival, que manejó la pelota, aunque sin llegar demasiado hasta el arco de Bertoya. Pero, fundamentalmente, en el segundo tiempo el elenco de Victoria arriesgó más y obligó al arquero benhurense a entrar en acción para asegurar la paridad.
Los problemas de la BH pasaron por la mala tarde de Mariano Echagüe, que en su rol de conductor estuvo ausente. Le costó tomar la pelota y cuando lo hizo, fueron más las equivocaciones que las entregas correctas a un compañero. Con Alejandro Vaca jugando bastante retrasado, se hicieron notorias las distancias con los puntas. Romay intentaba tirarse atrás, pero se confundía en la vorágine o chocaba contra los grandotes de Tigre hasta perder la pelota.
Una de las fórmulas para quebrar al fondo visitante estaba por los costados. Fue interesante lo de Fontana, que cuando pudo asociarse con el tridente ofensivo marcó presencia en terreno adversario. El tucumano tuvo la primera aproximación de riesgo, tras una doble pared con Echagüe, pero su remate fue desviado por Campestrini.
El fondo de Tigre, con gente de buen físico pero de movimientos lentos, era una invitación a atacarlo por abajo y en velocidad. Claro que a Ben Hur le costaba hacerlo.
De hecho, el gol vino por una acción positiva de Fontana que salió a presionar en campo rival y quitó la pelota. Atacó, buscó a Romay que tuvo decisión para encarar entre los dos centrales, la pelota le quedó a Bustos que acompañaba y el goleador no perdonó, con un toque suave al palo izquierdo de Campestrini.
Ese fue el ejemplo, cuando Ben Hur se decidió, hirió. Pero después lo hizo en cuentagotas y le dio tiempo al equipo de Caruso Lombardi para reaccionar. Restelli evidenciaba problemas para marcar a Almada, Romero se iba complicando con Galmarini y por arriba, Boyero e Iglesias iban a todas en el área de Bertoya.
La impericia de Nievas, en la última antes del descanso, errando un gol increíble en el área chica, le daba a Ben Hur el hándicap de irse al descanso ganancioso, aunque obligado a replantear algunas cosas.
La idea en el complemento fue plantarse de contra, pero seguramente no estar tan retrasado. Más allá de las necesidades de Tigre, que seguía yendo con convicción, daba la sensación de que iba a ser complicado que la última línea y Bertoya pudieran sostener la paridad.
Más allá de las intenciones, Tigre llegó rápido al empate. Desborde por izquierda de Almada, un par de dudas entre Bertoya y Paz ante la llegada de Boyero, y Biasotto se terminó llevando por delante la pelota para introducirla involuntariamente en su propio arco.
Si Ben Hur quería asumir protagonismo, era el momento de arriesgar.
Trullet buscó con la entrada de Giampietri por Vaca, pero más allá de algunas apariciones esporádicas, lo de Ben Hur continuó en cierto modo siendo previsible.
Es cierto, tuvo algo más de prolijidad con el retraso de Echagüe, pero no aportó sorpresas por los laterales y tanto Bustos como Romay terminaron en un embudo donde Ferrero desbarataba todos los intentos.
Caruso Lombardi también hizo su movida, tratando de ganar su primer partido. Con Ferreiro y Noriega sumó gente del medio hacia adelante, y Bertoya fue determinante salvando con el pie ante Boyero y después con un manotazo en la media chilena de Nievas. Hasta la última fue para los de Victoria, en el cabezazo de Torres que se fue al lado del palo.
Un punto, que vale, y luego casi nada para el análisis. Desde el protagonismo, Ben Hur quedó en deuda, aunque hay que darle tiempo.
Sobre todo si le va bien como visitante.

Darío Gutiérrez

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 4 de setiembre de 2005.

Archivos
Páginas
Scroll al inicio