Por Emilio Grande (h.).- A manera de balance, voy a intentar destacar los hechos más importantes positivos y negativos en los planos internacional, nacional, provincial y local.
En el plano mundial, continúan varios conflictos armados en varios lugares, especialmente la guerra fratricida e invasiva de la Rusia gobernada autoritariamente por Putin sobre la pacífica Ucrania.
También hay problemas en Siria, Israel, Palestina, Haití y Líbano, algunos escenarios “de esta tercera guerra mundial”, como señala el papa Francisco, recordando que toda guerra provoca hambre y usa la comida como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo.
En noviembre último se realizó la Cumbre de las Partes número 27 celebrada en Sharm el Sheikh, Egipto, en un contexto de tensión y menor centralidad, en comparación con otros encuentros. El mayor sabor amargo es el escaso avance en la reducción de los gases de efecto invernadero a nivel global. La meta de no superar los 1,5° C, como señala el Acuerdo de París, no parece ser alcanzable. Se repitieron los planes a futuro y escasearon las agendas concretas para atajar la crisis climática. Si para 2030 necesitaríamos reducir las emisiones un 45%, con las propuestas actuales llegaremos solo al 10%. ¿Qué conciencia tienen las autoridades, especialmente las grandes potencias que son las principales emisoras de gases de invernadero?
En el ámbito nacional, vivimos una de las peores crisis institucionales de la historia con el presidente Alberto Fernández, quien está más perdido que “perro en cancha de bochas”, cuyo Gobierno no acató el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia para restituir los fondos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Al mismo tiempo, está la condena de 6 años de prisión por la causa Vialidad a la vicepresidente Cristina Fernández, quien irá presa cuando esté la sentencia firme de la Corte, sumado a la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. El escenario es por demás complejo por la grave crisis económica con casi el 100% de inflación, que afecta a todos los argentinos, sobre todo los más pobres e indigentes, como así también los niveles escandalosos de pobreza del 43% de la población, según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina.
En la provincia de Santa Fe, el gobernador Omar Perotti es muy pragmático y no termina de definirse sobre su postura con el gobierno nacional en materias de los mencionados fallos de coparticipación y corrupción. Está realizando obras en distintos lugares provinciales, pero el eslogan de “paz y orden” de la campaña electoral de 2019 está muy lejos de lograrlo, en especial en las ciudades de Rosario, Santa Fe y Rafaela.
En la “patria chica” de la Perla del Oeste hay graves problemas sin resolver desde hace muchos años, siendo el más importante el caótico tránsito, a pesar de la emergencia vial, con más de 100.000 vehículos, accidentes diarios con el protagonismo incontrolable de los motociclistas y el decadente servicio de los minibuses. También la falta de políticas públicas planificadas a largo plazo, con parches que se van haciendo en la gestión municipal, que ya lleva 31 años del mismo signo político de los cuales 11 años son de Luis Castellano y en 2023 aspira a un cuarto mandato. ¿Será el turno de la oposición para una alternancia enriquecedora? Para destacar, el entramado público-privado entre el Estado municipal y el Concejo con las distintas instituciones locales.
Frente a esta mirada un tanto pesimista en todos los planos, hay que poner sobre la mesa el tercer campeonato mundial de fútbol en Qatar con una selección deslumbrante comandada por Scaloni y Messi más los jóvenes que se sumaron, emergiendo el trabajo en equipo silencioso.
En este sentido, la dirigencia en su conjunto debe tomar nota de este sano ejemplo futbolero porque cuando todos tiramos para el mismo lado se alcanzan los objetivos propuestos, priorizando el bien común, más allá de las diferencias, sin olvidar la máxima del Martín Fierro: “si nos peleamos entre los hermanos nos devoran los de afuera…”.