Rafaela, ciudad nuestra, feliz, fraternal

Que por siempre embanderen tu nombre, el trabajo, la fe y el amor. Que por siempre tu pueblo sea digno del ayer y tu gran fundador.

Por María Inés Adorni.- Y aquí estas, aquí estás. Rafaela, ciudad nuestra, feliz, fraternal. Llama eterna que nos ilumina con el fulgor de supremo ideal.

Que por siempre embanderen tu nombre, el trabajo, la fe y el amor. Que por siempre tu pueblo sea digno del ayer y tu gran fundador.

Rafaela, dime dónde se fue el tiempo… Creo que llegó el momento de ya no mirar atrás.

Es tiempo de cerrar puertas y abrir una nueva más, en donde debemos perdonar, por los que dejamos atrás.

Si es una cuestión de fe, debemos creer en la libertad.

Siento, desde mi corazón, y les juro que lo intento día a día, despacito despertar, porque debemos gritar lo que sentimos en libertad para ser escuchados acá.

Y les juro que lo intento, pero hay muchas cosas que no entiendo, la balanza está desequilibrada con el amor y el odio, los ricos y los pobres, el poder y la humillación.

Y hay cosas que tenemos que preguntar en honor a la verdad, yo no sé lo que pasó, el desinterés ganó, por quedarnos en nuestro lugar de confort.

Si tan solo hay que creer, sé que todo irá mejor.

Y no me quedaré en silencio, en honor a la verdad.

Y me abrazaré al tiempo.

Que me curará por dentro, en honor a la verdad, a la libertad.

Solo tengo tiempo y libertad, donde voy por el camino con la verdad.

No hay mejor mañana que la verdad, en donde todos caminamos por la senda del amor, la fe, la esperanza y la humildad, en honor a nuestros gringos que con sus palas, picos, machetes, arados formaron las generaciones del trabajo con solo la palabra que tomaba su valor en libertad.

Si es una cuestión de fe, una cuestión de amor a mi querida Rafaela, sino existe ninguna razón, que vivir en libertad, es allí en tu corazón, Rafaela donde me voy a encontrar.

Y no me quedaré en silencio, y me abrazaré al tiempo, y me curarás por dentro, solo tengo valor, tiempo y libertad.

Proteger nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra historia para dejarla a nuestro hijos, el amor a mi ciudad.

Y me abrazaré al tiempo, a la familia, a Dios y a la verdad.

Te quiero Rafaela… tierra de pioneros, grandes héroes, tierra de verdad.

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