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La Madre Teresa de Calcuta estuvo en Rafaela hace 40 años

El 18 de septiembre de 1982 vino a la ceremonia inaugural de la gran misión durante un acto frente a la Catedral y para habilitar una casa de su congregación Hermanas Misioneras de la Caridad en la ciudad de Frontera.

Por Emilio Grande (h.).- El sábado 18 de septiembre de 1982 la Madre Teresa de Calcuta vino a la ceremonia inaugural de la gran misión de Rafaela, que se realizó en la plaza 25 de Mayo frente a la Catedral San Rafael, contando con la imagen de la Virgen del Milagro transportada desde Saguier.

El altar fue ubicado en un amplio palco frente a la intersección de bulevar Yrigoyen con Belgrano y Rivadavia. El entonces obispo de la diócesis de Rafaela Jorge Casaretto  presidió la misa concelebrada con sacerdotes de la ciudad y 60 misioneros pertenecientes a varias congregaciones del país.

Aquel día peregrinaron fieles pertenecientes a los 23 centros misionales rafaelinos y de las localidades de Susana, Villa San José, Saguier, Lehmann, Fronterita, Bella Italia y Presidente Roca.

Juan Retamoso, Héctor Gorosito, Angel Sotelo, Jorge Casaretto y la Madre Teresa.

Miles de fieles siguieron devotamente los pasos litúrgicos que incluyeron el mensaje misional del Obispo y la entrega de crucifijos a los misioneros. El lema de la misión fue “Con Cristo y María, un pueblo de hermanos”, que se extendió hasta el 3 de octubre y estuvo destinada a la evangelización y la reconciliación.

“Tenemos el honor de saludar juntos a la Madre de Jesús, que es también nuestra madre; a su hermosura, su inmaculada concepción, su perfección, su santidad y sus virtudes, su corazón tan puro, lleno de amor y de humildad, para que nos dé la capacidad de amar a Jesús como ella lo amó. Y expresamente a toda la gente que sufre los dolores y los rigores de la pobreza”, expresó la Madre Teresa.

La fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad y Premio Nobel de la Paz en 1979 opinó sobre el aborto (lamentablemente se aprobó en 2020 en la Argentina): “Es la mayor destrucción de la paz, porque la madre mata a su niño en su propio seno, a su niño que es la imagen de Dios, a su niño que nace para amar y para ser amado. (…) El fruto de la oración es multiplicado en la fe, el fruto de la fe es el amor, y el fruto del amor es el servicio. La voz del amor es la voz de la paz. Empecemos a amarnos unos a otros en nuestra casa, empecemos a rezar una y otra vez”.

Ese mismo día 18, la Madre Teresa habilitó una casa de su congregación en la ciudad de Frontera, que pertenece a la diócesis de Rafaela, y luego visitó el Hogar Don Orione de San Francisco, según recordó Juan Retamoso, participado en el servicio de seguridad, quien se desempeñaba como sargento del Comando Radioeléctrico y de la Brigada de explosivos.

Actualmente, la comunidad religiosa de las Misioneras de la Caridad en Frontera está formada por seis hermanas y también conviven 19 internados porque no tienen lugares para vivir. Además, asisten con comida diariamente a diversas personas, hacen visitas domiciliarias escuchando y ayudando al encuentro/reencuentro con Jesús en esa ciudad y en barrio Acapulco de Josefina, y están ayudando a la catequesis en el barrio de Estación Frontera.

 “La Madre Teresa fue la mensajera de la humildad, la paz y el amor. Aún después que se marchó tras la fugaz visita, quedó flotando un raro sentimiento que percibieron quienes fueron conscientes del privilegio de ver y escuchar a esa persona-símbolo que sorpresivamente arribó a la ciudad”, opinó un cronista del diario La Opinión el lunes 20 de septiembre de 1982.

Los pies de la Madre Teresa hablan de la sencillez, en su visita a Rafaela.

A decir verdad, los creyentes y no creyentes de todo el mundo respetan y valoran el testimonio de vida de esta mujer sencilla y humilde, quien estuvo en nuestra ciudad hace cuatro décadas.

Homenaje local

Al año siguiente de la muerte producida el 5 de septiembre de 1997, se colocó una placa recordatoria -según la ordenanza municipal N° 3140- en el piso de la nave central en la plaza 25 de Mayo, frente al inicio de bulevar Yrigoyen, lugar donde caminó hace 40 años.

Con motivo de la beatificación de la Madre Teresa por el papa Juan Pablo II en 2003, se realizó un acto de recordación el 19 de octubre de ese año, descubriéndose un busto -construido por el Municipio- cercano a la placa, en el que participaron autoridades municipales y eclesiásticas.

La escuela Nº 1351 recibió el nombre de «Madre Teresa de Calcuta», ubicada en el barrio Jardín, y empezó a funcionar el 29 de mayo de 1995.

Un poco de historia

La beata Madre Teresa de Calcuta nació el 26 de agosto de 1910 en Uskub, Imperio Otomano (actualmente Skopie, Macedonia) y falleció el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta, India.

Nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu, fue una monja católica naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, en 1950. Por más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, al mismo tiempo que guiaba la expansión de su congregación, primeramente en la India y luego en varios países del mundo. Tras su muerte, fue beatificada por el papa Juan Pablo II.

Agnes descubrió su vocación religiosa desde temprana edad y en 1928 decidió que entregaría el resto de su vida a Dios. Fue entonces cuando optó por cambiar su nombre a Teresa, en referencia a la santa patrona de los misioneros, Thérese de Lisieux.

Si bien dedicó los siguientes 20 años a enseñar en el convento irlandés de Loreto, comenzó a preocuparse por los enfermos y por los pobres de la ciudad de Calcuta. Esto la llevó a fundar una congregación con el objetivo de ayudar a los marginados de la sociedad, primordialmente enfermos, pobres y personas que no tenían hogar.

Obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1979 y el más alto galardón civil de la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su labor humanitaria. A ellos se sumaron una decena de premios y reconocimientos, tanto nacionales como internacionales.

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