Todo lo que hay que saber sobre las hemorroides y no te atreves a preguntar

Aunque son un padecimiento que afecta a muchas personas, no se suele hablar de ellas. Le preguntamos a algunos expertos sobre las formas de prevenirlas y tratarlas.

Por Melinda Wenner Moyer.- Si hay un tema que nunca se menciona en las conversaciones y que, sin embargo, afecta a una gran proporción de estadounidenses, es el de las hemorroides. Al menos la mitad de los adultos estadounidenses mayores de 50 años han sufrido los desagradables síntomas de estos grupos de vasos sanguíneos hinchados en el trasero. Sin embargo, incluso los cirujanos colorrectales se sorprendieron cuando les pedí que me hablaran del tema.

“Me reí cuando recibí esta solicitud”, dijo Robert Cima, cirujano colorrectal de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, en respuesta a mi petición de que hablara conmigo para este texto. “Pensé, ¿es una broma? ¿The New York Times quiere saber sobre las hemorroides?”.

Sí, quería saber sobre las hemorroides. Para una amiga, por supuesto. Sin embargo, admito que debería haber pensado dos veces antes de comer un guiso de lentejas durante algunas de mis entrevistas.

Esto es lo que aprendí sobre la prevención y el tratamiento de las hemorroides tras conversar con cuatro médicos.

Me sorprendió saber que, de hecho, todo el mundo nace con tejido hemorroidal. En realidad, estos vasos sanguíneos que recubren el ano tienen una función útil: nos ayudan a percibir lo que hay en el recto, dice Cima. Son la razón por la que (normalmente) se puede saber si la presión que se siente son gases o diarrea o una evacuación normal. Las hemorroides también ayudan a formar un sello dentro del ano que lo mantiene cerrado, como los burletes de una puerta, explicó Cima.

Únicamente cuando las hemorroides se hinchan y se inflaman provocan síntomas desagradables. Estos síntomas pueden incluir picor, ardor, sangrado y, a veces, protrusión de la hemorroide fuera del cuerpo. Las hemorroides se inflaman normalmente a causa del esfuerzo durante la defecación, que ejerce presión sobre ellas, dijo Rahul Narang, cirujano colorrectal de NYU Langone Health.

La mayoría de las hemorroides se denominan internas, lo que significa que se desarrollan dentro del ano, aunque a veces sobresalgan. Es raro que las personas tengan hemorroides externas, que afectan a los vasos sanguíneos fuera del ano. Suelen aparecer repentinamente y son muy dolorosas, según Cima, pero por lo general desaparecen por sí solas en una semana.

Incluso si tienes síntomas de hemorroides, no debes asumir que tienes hemorroides, dijo Karen Zaghiyan, cirujana colorrectal en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles. Síntomas como el sangrado y el dolor rectal también pueden ser causados por otros problemas, como las fisuras anales (desgarros en el ano), las fístulas anales (túneles infectados entre el ano y la piel) y el cáncer rectal. Los médicos deben realizar un examen rectal con el dedo para descartar otros problemas, dijo. Si tu doctor no lo hace, considera la posibilidad de buscar un especialista, como un gastroenterólogo o un cirujano colorrectal, que también podría ordenar un examen endoscópico como una colonoscopia para diagnosticar el problema, dijo Cima.

Cuando se trata de prevenir las hemorroides, es casi seguro que una dieta rica en fibra ayuda, dijo Neha Mathur, gastroenteróloga del Hospital Metodista de Houston. Ella recomendó consumir de 20 a 30 gramos de fibra al día. Mi guiso de lentejas fue una sabia elección para mis intestinos, incluso si estaba cenando en un momento inoportuno.

Mantenerse hidratado también puede marcar una gran diferencia, dijo Narang. La fibra y el agua facilitan la evacuación intestinal, lo que reduce las posibilidades de que las hemorroides se inflamen, explicó.

Las actividades que aumentan el riesgo de deshidratación -como beber mucho café o alcohol o hacer ejercicio intenso- pueden empeorar los síntomas, dijo Cima. (Destacó que montar en bicicleta es un problema particular, ya que ejerce mucha presión sobre el perineo, la zona entre el ano y el escroto o la vulva).

También puede ser útil no sentarse en el inodoro durante más de cinco minutos seguidos, dijo Zaghiyan. “Si sientes que tienes más ganas de ir al baño y no lo consigues, levántate y ve a hacer otra cosa, y vuelve más tarde cuando sientas de nuevo las ganas”, sugirió. La forma de sentarse en el inodoro también es importante: productos como el Squatty Potty -un reposapiés que se coloca bajo los pies mientras estás sentado en el retrete- cambian el ángulo en el que uno se sienta de forma que puede reducir la tensión, añadió Mathur.

Estar sentado durante largos periodos de tiempo también puede empeorar los síntomas de las hemorroides, dijo Cima, al igual que alzar pesos pesados con la parte superior del cuerpo, ya que al hacerlo se tensan los vasos sanguíneos que rodean el ano. Dijo que los hombres suelen acudir a su consulta con hemorroides dolorosas después de deshidratarse al realizar una actividad física extenuante.

Las mujeres también suelen desarrollar síntomas de hemorroides durante el embarazo, en parte porque, a medida que el útero crece, ejerce una presión adicional sobre la región anal, dijo Mathur. Los cambios hormonales y las vitaminas prenatales también aumentan la probabilidad de que las mujeres embarazadas sufran estreñimiento, lo que agrava el problema al hacer que las mujeres se esfuercen al ir al baño, dijo.

Una vez más, la fibra, la hidratación y la reducción del tiempo que se pasa en el inodoro pueden ayudar, al igual que un ablandador de heces. Mathur recomendó que las mujeres embarazadas con hemorroides hablen con sus médicos sobre las opciones de tratamiento.

Los médicos clasifican las hemorroides internas en fases del uno al cuatro, según sus características físicas y su gravedad. En el caso de las hemorroides leves -las hemorroides de grado 1, que no sobresalen del ano en absoluto, y las de grado 2, que pueden sobresalir, pero vuelven a entrar por sí solas-, las personas a menudo pueden obtener alivio siguiendo las recomendaciones de estilo de vida mencionadas anteriormente. También pueden sentirse mejor después de un baño de asiento o un baño de sales de Epsom durante 15 minutos, dijo Narang. Estos baños calman el tejido y reducen la inflamación.

Me sorprendió que Cima dijera que las lociones y geles para hemorroides que se venden sin receta médica no suelen ayudar tanto como la gente espera. Pueden aliviar brevemente los síntomas, dijo, pero no resuelven el problema subyacente.

Si los síntomas de las hemorroides no se alivian, un procedimiento en el consultorio podría ayudar, dijo Narang. Un tratamiento popular es la ligadura con banda elástica, en la que un médico utiliza una herramienta para colocar una banda elástica alrededor de la base de la hemorroide, lo que detiene el flujo de sangre al tejido inflamado y hace que muera y se caiga en un plazo de uno a cuatro días. Es rápido, relativamente indoloro y requiere muy poco tiempo de inactividad para el paciente, dijo Mathur: algunas personas pueden volver directamente al trabajo después del procedimiento. Pero es posible que tengan que volver a someterse a varios tratamientos. Otro tratamiento menos habitual en la consulta es la fotocoagulación con infrarrojos, en la que el médico utiliza luz infrarroja para cortar el suministro de sangre al tejido molesto, haciendo que se reduzca.

Las hemorroides internas de grado 3 y 4 -el grado 3 significa que la hemorroide sobresale fuera del ano pero puede empujarse manualmente hacia dentro, y el grado 4 es cuando está constantemente fuera del ano- a veces requieren cirugía.

Existen varias opciones quirúrgicas. Una de ellas es la hemorroidectomía por escisión, que consiste en la extirpación quirúrgica de la hemorroide, explicó Narang. Otra opción es la anopexia con grapas (también llamada hemorroidopexia con grapas), en la que un médico extirpa parte de la hemorroide y luego la engrapa, reduciéndola a un tamaño normal, dijo Cima. Algunos médicos utilizan en cambio la ligadura de la arteria hemorroidal guiada por doppler, que es una buena opción para las hemorroides que sangran mucho, dijo Narang. En este procedimiento, el médico ata las principales arterias que alimentan la hemorroide, haciendo que se marchite y caiga.

Aunque los procedimientos quirúrgicos suelen funcionar, no están exentos de posibles inconvenientes, dijo Mathur. Pueden tener recuperaciones dolorosas y más largas que los procedimientos en el consultorio y pueden causar incontinencia fecal. Además, incluso después de la cirugía, las hemorroides pueden reaparecer: algunas cirugías, como la ligadura de la arteria, se asocian con hasta un 30 por ciento de posibilidades de recurrencia, dijo Narang. Esto se debe, en parte, a que estos tratamientos eliminan o matan una parte del tejido hemorroidal del cuerpo, pero dejan el resto, que puede hincharse e inflamarse, dijo Cima. Si las personas no abordan los factores del estilo de vida que causan las hemorroides, es más probable que vuelvan.

Estos días aprendí bastante sobre las hemorroides y, aunque no me han gustado las imágenes que me han venido a la mente (especialmente mientras comía mi almuerzo), estoy agradecida de saber más sobre cómo prevenirlas y tratarlas. Como me dijo Zaghiyan cuando hablamos, las hemorroides “no son una conversación de cóctel”, pero me alegra que nuestra discusión haya llegado al Times.

Fuente: https://www.nytimes.com/es

Archivos
Páginas
Scroll al inicio