Las esculturas son un patrimonio olvidado

Por María Inés Adorni.- En la ciudad de Rafaela abundan muchas expresiones artísticas, en el conjunto arquitectónico.

La escultura por su imponencia estética es más frecuente y abundante como testimonio recordatorio de las familias al igual que los retratos en las pinturas.

En sus avenidas y paseos como plazas e iglesias, cementerios como ser de materiales de cemento, bronce, yeso y tallas de madera con yeso y de mármol embellecen, y hacen detener a los transeúntes con sus miradas.

Obras de Cammilli y de Fontana en la década del 30, Ricardo Merlo, escultor de nuestra ciudad, docente, creador de bustos como de Martín Oliver.

La presencia más auspiciosa del quehacer escultórico es de Cammilli en los años 1930, 1931 y 1932 en los que trabajó intensamente en nosotros y produjo retratos magníficos como los de Lencioni, Ripamonti, Tobías Colombo y el monumento funerario que se instala en la cúpula  del panteón de la familia Poggi.

En la tumba de Martin Oliver un artista plástico Bagué muy bohemio y sus retratos en lápiz que se encuentran en domicilios particulares.

También un busto en mármol de Carrara, retrato de Aufranc, constituye un alto valor de la escultura funeraria y de la brillante capacidad de sus artistas que lo realizaron en el taller de Fontana y Escarabelli, de Rosario.

Placas y altos relieves de generosas proporciones se sitúan en el cementerio sobre el valor material y artística y de testimonios del efecto entrañable de familiares y allegados que se proyectan en el futuro.

Cayetano Flores Góngora (1887-1972) fue un artista plástico español, oriundo de Almeida (Andalucía). Estudiante de la escuela de bellas artes de Granada. En 1910 a los 23 años llega a la Argentina y se casa, en Rafaela, con Ana María Ibañez, andaluza.

Pintor, especialista en vitraux, decorador, muralista y restaurador. Sus trabajos en arte sacro son destacados y fueron realizados, en otros lugares, como en Catedral de Rafaela y las parroquias de Vila, Presidente Roca, Progreso y San Carlos Centro. Decoró el Castillo de Foti y la casa Scossirolli en Rafaela, además de la capilla María Magdalena del Hospital “Jaime Ferré”.

También decoró la casa de Lorenzatti (Centro Comercial), posteriormente la casa de F. Fiorillo, del cual fue amigo y respetado, lo mismo de don Tobías Colombo y Augusto Grosso, padre de Grosso que en sociedad con Caligaris Hnos, construyó el cine Avenida, la casa de Reinaldo Ripamonti, del Dr, M De Michelli y muchas casas más de familias de bien donde reconocían su arte.

Conocía a fondo el arte religioso dado que proyectó y ejecutó varios altares para capillas de los pueblos aledaños, aplicó la técnica del vitroux para realizar una cantidad enorme de imágenes religiosas, hizo lo mismo en cementerios y en casas de familias que aun todavía se conservan ejemplo Scosirolli.

Don Cayetano Flores falleció en la ciudad de Santa Fe, donde se había radicado los últimos años de su vida, el 28 de Junio de 1972, a los 85 años.

Detrás de su desaparición física quedó proyectado su espíritu de hijos y nietos. Mencionemos entonces a Miguel Flores, a Betty Flores de Beltramino, a Marta Bianco, quienes continuaron la obra artística y educadora de don Cayetano en la ciudad.

Como artista plástica y restauradora tuve el honor de restaurar obras de Catedral San Rafael y de la capilla María Magdalena del Hospital “Jaime Ferré”.

Por lo tanto, nuestro antepasado es un legado que se debe pasar a las nuevas generaciones, un patrimonio fruto de nuestra historia, nuestras creencias, nuestras vivencias y nos enseña  lo que fuimos, nos otorga identidad.

Nos enseña de dónde venimos y permite conocernos mejor como sociedad e individuos y, por tanto, nos ayuda a entender los problemas del presente.

Por ello, queridos rafaelinos tenemos que hacer valer nuestras raíces y que no queden en el olvido.

Como preservadora y restauradora no admito tanto olvido y deterioro de estas valiosísimas obras.

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