Por Emilio Grande (h.).- Del 9 al 17 de julio se desarrolló la 17º edición del Festival de Teatro Rafaela 2022 con 32 espectáculos de Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Neuquén, La Plata, El Bolsón y Rafaela, en casi 70 funciones, teniendo una asistencia de 15.000 espectadores, según informaron los organizadores, evento que se convirtió en un espacio cultural local y regional, debiendo permanecer en el tiempo con políticas de Estado.
Como en los últimos años, la programación incluyó una diversidad de propuestas, poéticas y géneros (comedia, drama, musical, clown, para adultos y niños) en salas tradicionales, lugares alternativos y no convencionales, como así también en las subsedes de Ataliva y Suardi.
Una de las mayores polémicas la constituyó la obra teatral “Nada de carne sobre nosotras”, que se presentó en el cementerio municipal, utilizándolo como escenografía, donde mucha gente se mostró contraria con el lugar, expresándolo en distintos ámbitos y también en las redes sociales. En la primera función se produjeron algunos incidentes aislados con la protesta de un hombre y una mujer en diferentes momentos de la puesta en escena.
Al respecto, un grupo de vecinos presentó una carta al intendente Luis Castellalno, quien estuvo de acuerdo con la elección del lugar, adjuntándose más de 300 firmas, expresando que “muchos rafaelinos nos sentimos preocupados por la decisión de llevar adelante esta actividad en el espacio mencionado, pues consideramos que el mismo fue pensado y concebido con otros fines (espacio donde poder expresar nuestro dolor por la pérdida de un ser querido; sitio sagrado donde rendirle a través de ofrendas o el simple contacto periódico, el testimonio de nuestro dolor: desahogo que sin duda es útil para atenuar la angustia). Nos parece que la iniciativa, en base a las convicciones y creencias de muchos rafaelinos, tiene entidad suficiente para afectar las fibras más íntimas de nuestra comunidad, y atenta contra un número importante de derechos que también merecen ser respetados”.
En este contexto, no se respetó la ordenanza Nº 2277 vigente del 24 de noviembre de 1988. El anexo I establece el “Reglamento del cementerio municipal”. En el título XI “Del personal del cementerio”, el artículo 120 dice: Será responsabilidad de la administración del cementerio: a) Preservar el orden, prohibiendo la reunión de personas y la realización de actos que puedan alterar el debido respeto en el cementerio. El artículo 139: El Departamento Ejecutivo podrá dictar cuanta norma legal sea necesaria para el mejor funcionamiento del cementerio municipal, en tanto no contraríe las disposiciones del presente reglamento.
El programador de la 17º edición del FTR22 Gustavo Mondino se defendió en este programa radial: “cuando se hicieron visitas guiadas por el cementerio de Rafaela, ¿se acordaron de esa ordenanza? Rafaela es una ciudad que avanza en determinado sentido. Esto sucede desde hace muchos años en Buenos Aires, Córdoba, La Plata y otras ciudades del mundo”.
Por su parte, el concejal Miguel Destéfanis, también presentó una nota al Intendente y en el segundo día impulsó el rezo del rosario en el cementerio durante la realización de la obra en cuestión. Opinó en su muro de Facebook: “como ciudadano creyente no estoy de acuerdo en que una obra de teatro se haga en un cementerio, aclarando que no estoy en contra de la obra de teatro. Que se haga en otro lugar ambientada en un cementerio y no sirve el que vale todo. Con esto creo que se le va de las manos. Rafaela es una ciudad chica con personas que piensan de otra manera y es una barbaridad que se haga una obra de teatro en un cementerio porque hay que tener respeto por lo que representa un cementerio para las personas mayores”.
A decir verdad, en varias oportunidades propuse que se creara una comisión técnica del festival, con la participación de directores teatrales y dramaturgos locales, para designar las obras teatrales y los lugares, ¿no será el momento de tomar esta decisión política?, sin olvidar la ofensiva obra “Dios”, que se presentó en 2018 en la Sociedad Italiana, atacando a la Iglesia Católica, al papa Francisco y a la Virgen María. Entonces hay que repensar sobre el contenido de las puestas teatrales y los lugares donde se presentan para no caer en el gusto de una o dos personas que toman las decisiones.