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El medio ambiente está en grave peligro…

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. La Argentina no está exenta de esta problemática donde no son pocas las industrias que contaminan canales, arroyos y ríos, como también la gente no tiene conciencia de la defensa del ambiente al arrojar todo tipo de desperdicios.

Por Emilio Grande (h.).- Recientemente, fue celebrado el Día Mundial del Medio Ambiente. Más allá de este día puntual, debe servir para pensar y reflexionar sobre la importancia que tiene la naturaleza para preservarla de los nuevos ataques a los que estamos acostumbrados a causa de la mano del ser humano en detrimento del bien común.

Las principales potencias no respetan los acuerdos firmados en las cumbres climáticas para reducir el calentamiento global, que debe incluir la reducción de los gases de invernadero, desarrollar un plan intensivo de forestación, no utilizar fertilizantes prohibidos en el campo, entre otros. A decir verdad, hay un afán desmesurado de dominio del ser humano sobre el ambiente, incluyendo la vida en general, siendo muy cuestionable el concepto del “crecimiento sin límites”, que estuvo frenado por la pandemia-plandemia mundial.

En 2015, Francisco escribió la encíclica Laudato Si´ sobre el cuidado de la casa común, con gran impacto en la comunidad internacional, tanto para creyentes como personas de buena voluntad: “mirando el mundo advertimos que este nivel de intervención humana, frecuentemente al servicio de las finanzas y del consumismo, hace que la Tierra en que vivimos en realidad se vuelva menos rica y bella, cada vez más limitada y gris, mientras el desarrollo de la tecnología y de las ofertas de consumo sigue avanzando sin límite. Parece que pretendiéramos sustituir una belleza irreemplazable e irrecuperable, por otra creada por nosotros”.

La Argentina no está exenta de esta problemática medioambiental donde no son pocas las industrias que contaminan canales, arroyos y ríos, como así también en menor medida la gente común no tiene conciencia de la defensa del ambiente al arrojar todo tipo de desperdicios a la calle, caminos y rutas como si fuera el “gran basural”.

Al respecto, Juan Pablo II fue claro: “los residuos industriales, los gases producidos por la combustión de carburantes fósiles, la deforestación incontrolada, el uso de algunos tipos de herbicidas, de refrigerantes y propulsores; todo esto deteriora la atmósfera y el medio ambiente. Pero el signo más profundo y grave de las implicaciones morales es la falta de respeto a la vida, como se ve en muchos comportamientos contaminantes”.

Nuestra ciudad no está ajena a este problema. Por más de 30 años hubo empresas lácteas, frigoríficos y curtidoras que no trataron sus efluentes en forma conveniente, produciendo una mortandad de peces al Este de Rafaela en los arroyos Cañada de Flesia, Las Prusianas, Cululú y el río Salado. Se formó una comisión de seguimiento integrada por funcionarios, dirigentes y legisladores de Rafaela y las comunidades afectadas para que las empresas se hicieran cargo del “pasivo ambiental” y controlaron la ejecución de los trabajos. Así, las empresas Sodecar, Rafaela Alimentos y Molfino realizaron obras de tratamiento secundario terminadas hace unos años.

Hay algunos vecinos inescrupulosos que arrojan todo tipo de desperdicios en caminos rurales, mientras el Municipio brinda el servicio diario diferencial de residuos biodegradables y no biodegrabales, donde actualmente el 80% de los rafaelinos realiza la separación de los residuos domiciliarios, según el Instituto de Desarrollo Sustentable de Rafaela, faltando más conciencia en los sectores periféricos de la ciudad, como así también está la recolección mensual, donde la ciudad está dividida en cuatro sectores, sin olvidar la estación clasificadora de residuos frente al cementerio municipal.

Después de 8 años con distintos proyectos presentados, el Concejo Municipal de Rafaela aprobó hace 6 meses el proyecto sobre agroquímicos, manteniendo los 200 m del periurbano de los cuales de 0 a 50 m prevé un área de seguridad y los restantes 150 m de cinturón agroecológico + 250 m desde enero de 2025 con un decreto del Ejecutivo, previo estudio de una comisión. Después vino el veto propositivo del Ejecutivo sobre la reglamentación y uso de productos fitosanitarios con el trabajo realizado por la Fiscalía, donde encontró errores de redacción e interpretación, vetando 17 artículos para optimizar el proyecto sin quitar el espíritu originario. Se suspendió por 180 días la entrada en vigencia del cinturón ecológico destinado a la producción orgánica y/o biológica.

Finalmente, el balance medioambiental en general es negativo porque la gente, especialmente la dirigencia, no toma conciencia y no termina de caer sobre la gravedad de la crisis terminal de la “casa común”…

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