La Corte tendrá que hacer horas extras: los fallos sensibles que preocupan al Gobierno y a Cristina

Esta semana fijó postura en dos casos: la fiscal de Entre Ríos que los K quieren enjuiciar y la falta de Estado en Rosario. Y mientras el kirchnerismo discute modificarlo, el Máximo Tribunal maneja una agenda de alto impacto.

Por Jorge Lanata.- Unidos por el espanto, los miembros de la Corte Suprema decidieron salir a reparar allí donde el Gobierno se confundió con el Estado y donde el Estado ocupa desde hace años tierras yermas.

Fue la codicia y la torpeza del Poder Ejecutivo la que provocó la aparición de su nuevo “enemigo”: el Gobierno pelea en el barro y la Corte vive de los símbolos. Y es tal el carnaval de ausencia de valores que la intervención de la Corte pudo darse el lujo de ser quirúrgica. Dos casos puntuales fueron suficientes para que el Gobierno quedara en jaque.

La decisión de respaldar la figura de la suspendida fiscal Cecilia Goyeneche en Entre Ríos fue una bocanada de aire fresco. Fue quien logró la condena de ocho años de prisión por corrupción del ex gobernador Sergio Urribarri y el sistema judicial local la arrinconó en pocos días, le armó un jury express y se aprestaba a disparar su tiro de gracia.

Tan evidente fue todo que el propio presidente se vio obligado a pedirle la renuncia al entonces embajador en Israel (que aun continúa de paseo por la Avenida Dizengoff en Tel Aviv ya que las reglas de Cafierito le otorgan cuarenta y cinco días para su retorno -¿vendrá caminando?-). Y Cristina tuvo que masticar en silencio el destino de uno de sus delfines.

La fiscal anticorrupción de Entre Ríos, Cecilia Goyeneche.
La fiscal anticorrupción de Entre Ríos, Cecilia Goyeneche.

Ocupándose del asunto, la Corte no hizo en realidad ningún milagro: simplemente hizo justicia. El tema es que brilla tanto la justicia por su ausencia que el fallo fue reparador. Un poco de luz en un día de neblina.

El segundo gesto en esta misma semana fue encabezar un encuentro de más de un centenar de jueces y fiscales en Rosario. Rosario es Sinaloa. El narcotráfico se ha instalado allí hace varios años y la actitud del gobierno central ha sido la de un compungido comentarista.

Cada tanto se anuncia el embarque de algunos cientos de gendarmes que nunca terminan de llegar y que, de hacerlo, no servirían para nada. Este año el sicariato inauguró la matanza de niños, expandió su venta de protección mafiosa y terminó de ganar la calle.

En Rosario falla el Poder Ejecutivo Nacional y también el legislativo por su falta de acuerdo político para la designación de jueces. Hay un 40% de vacantes en cargos federales en Santa Fe, un déficit del 50% de personal en las fiscalías y crecieron la causas por narcotráfico un 16% en los últimos dos años.

Las únicas preocupaciones judiciales del Gobierno parecen ser las causas de Cristina y la designación de jueces adictos. Rosario, Santa Fe, los puertos, las fronteras porosas y la colaboración estelar de la policía provincial con los carteles no figuran en la agenda de nadie.

El Gobierno activó en el Senado el debate para ampliar la cantidad de miembros de la Corte, olvidando que fue justamente Néstor Kirchner quien redujo de nueve a cinco la composición que ahora se quiere volver a cambiar.

Modificar el tamaño de la Corte sólo exige mayoría simple en el Congreso. Lo difícil es después designar jueces, ya que se requiere de los dos tercios. Si se cambia la cantidad de miembros obviamente se modifica la mayoría y eso puede paralizar el funcionamiento del Tribunal.

Como 2023 es un año electoral, la Corte tiene el corriente año para insertar en la agenda fallos de alto impacto comoel “derecho al olvido” de Natalia de Negri o el autocultivo de cannabis medicinal. Otros tiene proyección política: 

* La disputa entre la Ciudad y Nación por la quita de fondos coparticipables en 2020. El tema es así: Mauricio Macri benefició a la Ciudad subiendo los puntos de coparticipación de 1,4% a 3,75% en 2016, lo que generó el reclamo de los gobernadores. En 2020 Alberto cortó lo suyo. Ahora se discute cuánto le corresponde al Gobierno porteño. Hubo cinco reuniones de desacuerdos y ahora le toca decidir a la Corte.

* Hay mas de 50 recursos vinculados a procesos por corrupción. Cristina Kirchner tiene pendientes unos 20 vinculados a la causa de Vialidad en juicio oral. Cuestiona peritajes, cosa juzgada, competencia y una extensa serie de chicanas. Ninguno de los recursos podría hacer caer la causa, que está en la etapa final del juicio.

Es una mala nueva para Cristina.También tiene en la Corte recursos por Los Sauces (su hotel en Calafate, donde espero que hayan sacado las flores de plástico), el caso que involucra a sus hijos. En este caso la prueba de fuego esta en Casación, ya que deben resolver el inédito sobreseimiento a todos los acusados sin realizar el juicio dispuesto por el Tribunal Oral Federal 5 (con voto a favor de Daniel Obligado y Adrian Grunberg y en disidencia de Adriana Paliotti). Habría también una mala noticia para la vicepresidente en Casación.

* Fallos que incidirían sobre la propiedad privada: el que dispone una indemnización para los herederos de la familia Ciccone, las tierras del Ejército tomadas por los indios y los pedidos de los ambientalistas reclamando una enorme porción de tierras en el Norte para la protección del yaguareté.

La Corte tendrá que hacer horas extras.

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