Se trata de un viejo problema crónico sin resolver, que afecta gravemente a la economía nacional y al bolsillo de todos los argentinos, especialmente los más pobres e indigentes.
Lamentablemente, la inflación del mes de abril fue del 6% y, de esa manera, la suba de precios de los últimos doce meses alcanzó el 58%, según informó el INDEC. En términos interanuales tocó su punto más alto en las últimas tres décadas, donde en enero de 1992 el acumulado de doce meses había caído al 76%.
Así, la inflación interanual superó el récord que había alcanzado en mayo de 2019 durante la presidencia de Mauricio Macri, cuando había llegado al 57,3% en doce meses.
Este último año fue el peor en materia de precios desde la hiperinflación, que se padeció en 1989 en la presidencia de Raúl Alfonsín, terminando con su renuncia. Precisamente en mayo del 89 el índice de inflación llegó al 114,4%.
En esta oportunidad, las categorías que aumentaron el mes pasado por sobre el promedio fueron indumentaria (9,9%), restaurantes y hoteles (7,3%) y salud (6,4%); alimentos y bebida tuvieron un incremento de 5,9 por ciento.
Previo a conocerse estos datos, el ministro de economía Martín Guzmán sostuvo que «abril es menos malo que marzo», adelantando que la cifra de inflación será menor a la previa de 6,7%, pero seguirá siendo alta. Y agregó: «Tenemos un problema en la Argentina con la inflación y hay que atacarla con firmeza y eso requiere de un programa económica consistente y creíble».
En este contexto, no podemos dejar de lado las peleas públicas casi permanentes dentro del gobierno nacional, sobre todo entre la vicepresidente Cristina de Kirchner con sus secuaces y el presidente Alberto Fernández, que tanto daño hacen al país. ¿La ex presidente está en el mismo Gobierno o se pasó a la oposición?
La inflación no se soluciona con la emisión monetaria descontrolada, el cepo cambiario, el cierre de las importaciones y las exportaciones, los congelamientos y los controles de precios, recetas que lamentablemente no funcionaron nunca.
Frente a la complejidad de este problema, urge que el Gobierno convoque a los principales actores sociales (legisladores, gobernadores, economistas, empresarios, sindicalistas, productores, investigadores, entre otros) para buscar entre todos el bien común, en orden a atenuar este denominado “impuesto”, que carcome los bolsillos de todos los argentinos, especialmente los más pobres que rondan más del 37% de la sociedad, priorizando realizar las inversiones necesarias y parar con la “maquinita” de remarcar los precios…
A decir verdad, la inflación no es un problema de ahora sino que viene desde el año 1945. Sería mejor que los funcionarios se callaran un poco la boca, que Guzmán no aventurara a decir que “ya pasó lo peor”, cuando en realidad vamos de mal en peor, en este caso en materia económica, basta ver los índices de la inflación y entonces se debe actuar en consecuencia, es decir más hechos palpables que palabras porque se las lleva el viento…
Parafraseando al filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset, verbalizadas en una conferencia en Buenos Aires en 1939, “Argentinos, a las cosas”…