Sigue la corrupción en Argentina

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Mitre Rafaela (FM 91,9), que conduce Emilio Grande (h.). Lo peor que nos puede pasar como sociedad es acostumbrarnos a los de corrupción a nivel nacional como hechos positivos cuando en realidad lesionan la credibilidad de las instituciones públicas y el sistema democrático.

Como desde 1996, nuevamente la Argentina tiene elevados índices de corrupción. Según el informe presentado por el organismo Transparencia Internacional, el mundo continúa viendo al país como uno de los de menor transparencia en el ámbito público.
Con 2,9 puntos en su Indice de Percepción de la Corrupción 2007 (IPC), la Argentina repite la misma calificación del año pasado. La escala es de 1 a 10, que regula la mínima a la máxima calidad institucional en un país. «Un puntaje inferior a 3 es señal de que la corrupción es percibida como desenfrenada», señala el informe.
Nunca, en los 11 años que se realiza este informe, nuestro país superó los 3,5 puntos. Siempre, el margen con una buena nota (más de 7) fue bastante amplio. «Este estancamiento significa que ha habido una apropiación del discurso de la transparencia, pero hay una brecha muy grande entre lo que se dice y lo que se hace», consideró Laura Alonso, directora ejecutiva de la organización no gubernamental Poder Ciudadano, brazo local de TI.
La Argentina se ubica hoy en el puesto número 105 en un ranking mundial de 180 países. Ni siquiera alcanza los 4 puntos del promedio del continente americano. Figura número 23 a nivel regional, por debajo de República Dominicana y de Panamá.
Entre la publicación del índice del año pasado y el de este año, las planas de los diarios argentinos estuvieron llenas de supuestos casos de corrupción: pagos de coimas en el caso Skansa, la bolsa con dinero hallada en el despacho de la ex ministra de Economía Felisa Miceli, los 800 mil pesos que intentó ingresar en el país un empresario venezolano y la denuncia de subfacturación en ventas de repuestos contra la ministra de Defensa, Nilda Garré, entre otros.
Según Poder Ciudadano, estos hechos no afectaron el índice 2007 debido a la metodología de la encuesta, ya que demanda casi dos años de trabajo. «Seguro rebotarán para el período siguiente; eso lo veremos el año que viene», explicó Alonso.
Igualmente, la calificación argentina es mala. «Existe un alto nivel de informalidad en la gestión pública, una baja institucionalidad, y las organizaciones de control son muy débiles», resumió la directora regional para América de TI, Pfeiffer Silke.
Los países con menor percepción de corrupción son Nueva Zelanda, Dinamarca y Finlandia con 9,4. La contracara Haití (1,6); Irak (1,5); Somalia y Myanmar (1,4).
«Nuevamente vemos con este trabajo la estrecha relación que existe entre corrupción y pobreza», destacó Alonso, que agregó: «El desvío de recursos públicos no sólo afecta la transparencia institucional, sino también la Justicia».
Lo peor que nos puede pasar como sociedad es acostumbrarnos a los casos de corrupción a nivel nacional como hechos positivos cuando en realidad lesionan la credibilidad de las instituciones públicas y el sistema democrático: todavía estamos a tiempo de cambiar.

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