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Restaurando nuestra alma

Por María Inés Adorni.- Tiempo de preparación, tiempo de volver hacia nuestro padre, tiempo de fe y de conversión.

Tiempo de cuaresma, tiempo de la gracia de la conversión y preparación para vivir en la fe en Cristo Jesús.

Con la celebración del miércoles de ceniza, el mundo cristiano católico entró en un tiempo más intenso, en el cual hombres y mujeres, laicos y consagrados, buscan profundizar en la palabra del Señor y en las tres acciones tradicionales que pide la iglesia en este tiempo:

Oración, ayuno, limosna, todo lo cual permite caminar hacia un proceso de conversión.

Como hijos de Dios debemos caminar en un camino de fe, con actitudes cristianas más en estos momentos en que se vive hoy, un caminar con calidad de hijo-hija de Dios.

Es tiempo de conversión, porque digo esto queridas almas del padre, porque son tiempos de prueba.

Tenemos que dar, hacer, ofrecer ayuda, un oído, un gesto, una palabra a nuestros hermanos, un abrazo.

Todos somos hijos de Dios y tenemos que unirnos para fortalecernos juntos.

La oración, el rezo del rosario es el arma para combatir al demonio.

Hoy cuando entramos dentro de nuestra parroquia, nuestra capilla y vemos los ornamentos de color violeta, y nuestros oídos escuchan perdona a tu pueblo señor…

Vivimos en un mundo extremadamente agitado, vivimos en un mundo que es una competencia de vanidades, vivimos en un mundo que en medio de correr, nos hace olvidar las palabras del evangelio: de que le sirve al hombre ganar al mundo si pierde su alma.

En esta vida, solo estamos de paso, y nuestra meta es la eternidad, es el cielo.

Pero luchamos, nos esforzamos por ganar el aplauso de las personas, para aparentar delante de los otros, para alimentar el ego, el egoísmo, y cuan poco empeño ponemos en lo que la iglesia nos pide en esta cuaresma… ayuno, oración, penitencia, limosna.

Con el ayuno, la iglesia nos quiere invitar a ir dejando cosas, con este ayuno del cuerpo y del alma.

Ambas tienen que ir de la mano.

Oración y penitencia, recuerden cuando nuestro Señor dice, si quieres orar ve a tu habitación, reza y tu padre que está en lo secreto te verá.

Tiene esto un sentido espiritual, en donde en la oración y penitencia en donde ese sacrificio, pidiéndole perdón, la gracia, la constricción, pero cuando nuestro padre nos pide que vayamos a nuestra habitación, es para que vayamos a nuestro interior, para examinarnos.

Hacernos un examen de conciencia profundo, en donde a través del pecado que cometemos ofendemos a un Dios que murió en la cruz demostrando su amor.

Dediquemos un tiempo de esta cuaresma hacia ir dentro del corazón y ver lo que está bien y lo que está mal de los actos hacia los demás.

No lo dejemos para otro momento, para otra cuaresma.

Porque ninguno de nosotros sabe si esta será nuestra última cuaresma.

Limosna es el gesto de dar, pero no dar de lo que me sobra, dar de lo que me falta. Amor.

Dar una limosna a nuestro interior, a despojarnos de aquellas cosas que es necesario dejar, así que al terminar el período de cuaresma nosotros podamos encontrarnos con nuestro Señor resucitado, renovados, convertidos, transformados, en uno de los salmos leemos…..el Señor es bondadoso y compasivo y en su misericordia nos da este período para examinarnos, pedir perdón y sentir el perdón de Dios en nuestro corazón.

Debemos escuchar a Dios quien nos está hablando y nos demuestra cuanto nos ama y lo que está dispuesto a dar por cada uno de nosotros, pero el espera solo que nosotros lo dejemos entrar, haciendo un buen examen de conciencia, pidiéndole por nuestras faltas y saliendo al encuentro con Dios que quiere perdonarnos.

Llenos de fe y de confianza vivamos esta cuaresma, pidiéndole a nuestra madre del cielo transitar este período en que nuestras almas estén  inundadas de amor a Dios y alegría por haber alcanzado una verdadera y profunda conversión.

Vivir el gozo y el dolor unidos a Jesús, evangelizando de la mano de María.

Unámonos en oración por nuestros hermanos y por nuestro mundo.

Sembrando semillas de fe…

La ilustración corresponde a Uma Nicol Suárez, alumna del taller de pintura Crearte.

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