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Mensaje del arzobispo Arancedo por el Día del Trabajador

"Vivan con alegría y gratitud la realidad del trabajo, porque a través de él nos realizamos como hombres e hijos de Dios. No se olviden de la solidaridad que debe reinar también entre los trabajadores", expresa José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe.

Celebramos el próximo 1 de Mayo el Día del Trabajador. Qué
importante es acercarnos al tema del trabajo desde el
trabajador. Esto nos permite valorar su persona sobre lo
producido, el fruto de su trabajo. Es lo que Juan Pablo II
llamaba la supremacía de la dimensión subjetiva sobre la
objetiva. De esta manera el trabajo deja de ser un componente
más dentro de una escala productiva, para adquirir su
significado humanista. Esto nos permite valorar el trabajo como
realización de la persona humana y garantía de su libertad. La
realidad del trabajo se la debe considerar, por lo tanto, no
desde el término final de la obra realizada, sino desde el
término inicial, es decir, el hombre.

Esta definición nos ubica en el ámbito propio de la dignidad del
trabajo, me refiero al hombre como sujeto en el marco de una
sociedad solidaria y justa. Por ello debemos hablar del trabajo
como un derecho primario que hace a la justicia social y a la
salud espiritual de la comunidad. Considero que es una falta
moral a la condición y dignidad del hombre acostumbrarnos a
vivir en un mundo con desocupación, que es, por otra parte, la
antesala de la exclusión. Aquí adquiere toda su importancia el
noble ejercicio de la política, como expresión necesaria de
mediación y equidad social.

La Iglesia aborda el tema del trabajo desde la centralidad del
hombre, como hijo de Dios y responsable tanto de la sociedad
como de los bienes de la naturaleza. De esta reflexión que ha
hecho la Iglesia sobre el hombre y la sociedad, a partir del
evangelio de Jesucristo, nace su Doctrina Social. Toda esta
reflexión ha sido publicada recientemente en lo que se llama el
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Esta doctrina es
como la resonancia temporal del Evangelio, es decir, es iluminar
desde el evangelio todas las circunstancias que hacen a la vida
del hombre en su relación con el mundo social. Tuve la
oportunidad de visitar a varios gremios, a quienes les he hecho
entrega de un ejemplar para que lo utilicen, les decía, como
algo que les pertenece, porque es el evangelio en clave social.

En este día quiero elevar una oración por todos los trabajadores
que viven circunstancias difíciles, en especial por quienes se
encuentran desocupados. Acostumbro a decir que la mayor pobreza
es no tener trabajo, no poder trabajar. Por ello vivan con
alegría y gratitud la realidad del trabajo, porque a través de
él nos realizamos como hombres e hijos de Dios. No se olviden de
la solidaridad que debe reinar también entre los trabajadores.
También pido a Dios por aquellos trabajadores, hermanos
nuestros, que hoy no están. En este día del Trabajador, reciban
de su Obispo junto a mi afecto y oraciones, mi bendición de
Padre y amigo.

Mons. José María Arancedo
Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

Este texto corresponde al Micro Radial que se emite por LT9 (AM 1150) los sábados a las 13:00hs.

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