Restaurando nuestra alma: la pobreza material y espiritual…

Por María Inés Adorni.- El asistencialismo nunca ayudó a poner de pie a un pueblo, mas bien lo puso de rodillas y los subyugó a la clase política que se aprovechó de ellos.
A los pobres hay que ayudarlos con trabajo. El asistencialismo sólo genera dependencia. La única forma de que los pobres recuperen su dignidad es a través del trabajo y la educación.
Lo que ocurre en muchos países en vías de desarrollo es que los recursos disponibles para la acción social son mal utilizados por el Estado.
Asistir a alguien sin ninguna exigencia es matarle su espíritu de iniciativa. Los planes sociales son lo peor que se le puede hacer a un pobre. El asistencialismo debe existir siempre con trabajo. El que no trabaja que no coma.
Hay que combatir el asistencialismo. El problema en muchos países, incluyendo Argentina, es que los dirigentes políticos se encargan de hacerles creer que el Estado les va a resolver todos los problemas.
Pedro Opeka, la «madre Teresa» con pantalones. Madre Teresa, el amor. Pobreza del corazón es necesario conocerse a sí mismo y conocer mi pasado, soy lo que soy a los ojos de Dios.
Pero es muy importante para la gente conocer a los pobres, la pobreza material siempre se puede satisfacer con lo material.
Los despreciados, los no amados, los no cuidados, los olvidados…los solos, esta es una pobreza mucho más grande.
Hoy la pasión de Cristo es revivida en cada uno de nosotros, de otra manera, la soledad de Jesús, el dolor y el sufrimiento de Jesús en Getsemaní…que hizo que Jesús sudara sangre, creo que fue mucho más grande que la crucifixión misma, la crucifixión fue temporal en la carne, pero la agonía de la soledad y la agonía de ser rechazado, de haber sido abandonado hizo que sudara sangre y creo que hoy vemos esa soledad revivida en muchos países ricos, su gente sufre la tortura de no ser queridos, de ser rechazados y creo que ese es el sufrimiento más grande y la pobreza más grande que hoy en día.
Pero creo que la forma más simple de mostrar el amor de Dios, y que Dios nos ama, es con lo que Jesús vino a enseñarnos es el amor del uno con el otro.

Pequeñas cosas con gran amor

No es cuánto hacemos o lo grande que es, lo que hacemos, sino cuánto amor ponemos en lo que hacemos porque somos seres humanos y para nosotros se ve muy pequeño, pero una vez que lo entregamos lo que hacemos a Dios… Dios es infinito y esa pequeña acción, se transforma en una acción infinita… porque Dios es infinito y para el no hay medida.
Y eso es muy importante para todos, cualquier sea su forma de vida.
Debemos encontrar la santidad en el trabajo que Dios nos ha encomendado al darnos un regalo especial.
A cada uno de nosotros nos ha dado un don especial, a lo mejor, lo único que se hacer es pelar papas, pero debo pelarlas hermosamente, es ese mi amor por Dios en acción.
El mío es restaurar, comunicar, escuchar, ayudar, servir. ¿y el tuyo?… Dios está esperando que uses tus dones para servir y amar a tu prójimo. Sembrando semillas de fe…

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