El imaginario popular acuñó la frase “…es fácil hacer leña del árbol caído…” Es por eso que a pocas horas de un fenómeno climatológico de inusuales características que afectó a numerosos barrios de la ciudad se comenzó a deslizar la teoría de que todo lo que había sucedido era como consecuencia de una lluvia record que sobrepasó cualquier expectativa y acción preventiva que pudiera llevarse acabo.
La cantidad de lluvia sobre el extenso territorio provincial hizo mas compleja la situación ya que se desbordaron arroyos, canales y ríos, y el agua buscó sus cauces naturales sin importarle si frente a ella existían pueblos o ciudades.
Ahora bien, los que estuvimos en los barrios en medio de la crisis que se vivió pudimos observar algunos hechos que merecen otro nivel de reflexión.
¿Las obras sobre la Ruta 34 hicieron de barrera de contención para un mejor escurrimiento de la masa líquida que caía por un lado y entraba a la ciudad por otro? ¿Se tuvieron en cuenta los pasos del agua en medio de la remodelación?
En el barrio Amancay en la intersección de las calles Larrea y Podio hay una toma de agua –quizás no es la expresión técnica adecuada- que deriva el flujo líquido al desague hace pocos años construído. ¿Funcionó ésto? ¿Quién es el encargado de supervisar?
El agua en el Barrio Independencia el día jueves 29 de marzo a la hora 10 cubría el 80% de su superficie. Y era evidente para todos los que estuvimos allí que no corría; la escenografía era de una enorme pileta con el agua arriba de las rodillas.
En los barrios Villa del Parque , Amancay y Antártida era verificable que no estaban realizados los zanjeos adecuados o había desagues tapados.
Mientras el agua inundaba la ciudad se veían pocos funcionarios pero sí una gran cantidad de empleados municipales poniéndole el hombro a la situación; en muchos casos sin los elementos indispensables para la ayuda inmediata, sin equipos de comunicación para actuar en momentos como los descriptos.
No existió un plan para la emergencia, una estrategia armada de antemano (como corresponde), con roles, funciones y recursos humanos y materiales adecuados. Se podía observar que muchas acciones eran respuestas sin coordinación.
Luego con el correr de las horas y los días empezó a llegar la ayuda.
Pasado ya el momento más crítico es bueno tomarse un tiempo para reflexionar. Seguramente encontraremos entonces preguntas sobre la prioridad en las obras y en la inversión –no el gasto- que debe hacer el Municipio, como así también, el rol del Estado , las políticas de urbanización , el contexto regional y provincial.
Mas allá de lo que se diga, de fundamentos, excusas, y cifras, en muchas familias de numerosos sectores de la ciudad quedó la amarga sensación de que muchos de los problemas que se generaron se podrían haber evitado o limitadas sus consecuencias.
Carlos Borgna
DNI 13046457
El autor fue secretario del Concejo Municipal, tiene a su cargo una agrupación política y actualmente tiene un cargo en el gobierno nacional.