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La lluvia en Rafaela impuso un nuevo récord para marzo: 473 mm

Según la medición del INTA, esa fue la cantidad de milímetros caídos en los primeros 29 días, lo que constituye una nueva marca histórica para este mes. El anterior récord corresponde a marzo de 1947, con 420 milímetros. Entre el 26 y ayer llovió nada menos que 296 mm, lo que constituye un tercio del promedio anual: 948,5.

Los datos oficiales de la Estación Experimental Rafaela del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, son más que elocuentes. Cuando aún no ha culminado, este mes ya posee el récord de lluvia entre todos los marzos de los últimos 77 años, con 473 milímetros.
Según el INTA, cuyo centro experimental en la zona noroeste de la ciudad data de 1930, el máximo registro histórico para marzo correspondía hasta el momento a 1947, ya que en el tercer mes de ese año llovieron 420 mm. Como se puede apreciar, marzo de 2007 supera al anterior registro por más de 50 milímetros, sin incluir los últimos dos días, que quedaron por fuera del informe.
Más atrás se ubican los marzos de 1943, con 410, y de 1977, con 402.
Otro marzo en donde las precipitaciones fueron abundantes fue el de 2005: 317,6. Cabe recordar que el 12 de ese mes llovió nada menos que 175,6 milímetros. El tercer mes del año pasado, en cambio, se ubicó levemente por encima del promedio, con 188,2 mm.
Del otro lado de la tabla se encuentra marzo de 1997, que tiene el récord histórico de menor cantidad de lluvia: 12,5 mm.
De todos modos, todo estos números palidecen respecto de las estadísticas de los últimos días. Siempre de acuerdo al INTA Rafaela, entre el lunes 26 y ayer, cayeron 296 mm.
Este dato, que no coincide con las cifras que maneja la Policía, ni con las que arroja la Estación Metereológica ubicada en el Aeródromo -por una razón lógica que se explica en nota aparte-, casi duplica el promedio histórico de marzo -150 milímetros-, y representa el 31,2% del promedio anual para Rafaela, que es 948,5 milímetros. Pasando en limpio, a lo largo de media semana -las cifras del INTA incluyen la lluvia de ayer hasta las 9 de la mañana-, llovió casi la mitad – exactamente el 49,87%- de lo que la ciudad recibe promedio por año.
Durante el presente mes la naturaleza se hizo sentir con toda su fuerza en Rafaela, causando estragos con sus lluvias a una sociedad que no sólo sufrió el colapso de varios de sus servicios, sino que tuvo que asistir a la triste odisea de cientos de evacuados, muchos de los cuales perdieron casi todas sus propiedades materiales. Lejos de desmentir esta realidad, las estadísticas la confirman.

Vecinos del Amancay cortaron la 34

Fue en reclamo por la cantidad de agua acumulada no sólo en las calles, sino también en sus propios hogares. Obreros con retroescabadoras trabajaron en el lugar para ampliar el desagüe que cruzaba la ruta 34, el cual se encontraba totalmente colapsado. El corte hizo que se formara una fila de camiones desde la entrada del barrio 17 de Octubre hasta casi la Nueva Terminal de Omnibus. Con la presencia de Perotti, el corte se levantó.

La paciencia de los vecinos del barrio Amancay se colmó en la mañana de ayer. Hartos de que el agua les impidiera no sólo transitar por sus calles, sino que invadiera sus hogares, salieron de sus casas y cortaron la ruta 34, a 200 metros del ingreso al barrio 17 de Octubre.
Su reclamo era sencillo: que se hicieran presente funcionarios municipales -en especial, el Intendente- para que le brinden explicaciones y las máquinas de las empresas que están realizando obras en el sector (las cloacas y la refuncionalización de la ruta 34).
Esto sucedió, y a pocos minutos de las 11, ya estaban trabajando retroescabadoras en el lugar. La intención era ampliar el desagüe que ya existía (si bien era profundo, era también angosto), correspondiente a la obra de la ruta, para que cruce la misma, drenando en el sector este.
De acuerdo a los dichos de los vecinos, el agua no sólo venía del sector oeste de la ciudad -y quedaba estancada a la vera de la 34- sino que también llegaba de los diferentes campos periféricos a la ciudad.
En poco tiempo más, los camiones comenzaron a conformar una fila india que impresionaba. Desde casi el barrio 17 de Octubre y hasta casi la Nueva Terminal de Omnibus, sólo podían verse camiones y colectivos.
Algunos de sus pasajeros y choferes decidieron darse un respiro y estirar las piernas.
Ya para esa altura, el comandante mayor José Luis Mac Dougall, a cargo de la Sección Vial Rafaela, ya salía en los medios radiales anunciando que el juez federal Reinaldo Rodríguez lo había autorizado a que se mantengan las protestas, evitando así que Gendarmería los desaloje del lugar. Además, Mac Dougall aconsejaba a los viajeros -provenientes del sur y del norte de Rafaela- que si no tenían nada urgente que hacer en nuestra ciudad, que se quedaran en sus localidades y que retrasaran el viaje.
Una vez finalizada la recorrida del Intendente por los barrios Martín Fierro y Antártida Argeninta, el intendente municipal Omar Perotti se reunió con los vecinos del barrio Amancay.
«Tenemos daños en muchas casas, especialmente de gente trabajadora a las que el fenómeno les ha deteriorado muebles y electrodomésticos», comentó a los presentes.
«Lo que hasta aquí se ha hecho funciona pero no alcanza, la cantidad de agua que ha llovido en poco tiempo hace que todo lo hecho no alcance porque además tenemos un volumen muy importante de agua viniendo desde atrás», añadió Perotti.
Tras el encuentro, los vecinos decidieron levantar el corte en la ruta, apenas pasadas las 13:30. Perotti se quedó en el lugar hasta bien entrada la tarde.

Quejas en la vecinal

Ya entrada la noche, se comunicó con Gabriela Lescano, presidenta vecinal del sector, la cual se mostró muy angustiada, no sólo por la situación del barrio, sino también porque la Municipalidad no había entregado la cantidad de colchones suficientes. «Me siento mal por los chicos. Hay gente que va a volver a su casa, pero no tiene nada seco», dijo Lescano quien agregó que «la gente te insulta. Pero cuando están los funcionarios, no le dicen nada. Entiendo que perdieron todo.
«Hay un centenar de personas que se autoevacuó en el lugar (no aparecen en los números oficiales) y necesitan cosas. Pero mandaron sólo 25 frazadas, nada más, un litro de agua lavandina y un bolsón por familia, cuando hay muchas que son numerosas», añadió.
Para ese entonces, el agua había bajado. «Cuando recorrimos el barrio, el intendente no prometió nada», dijo Lescano. Sin embargo, otras versiones indicaron que había prometido un terraplén para contener el agua que ingresaba desde el campo.

Adrián Gerbaudo

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 30 de marzo de 2007.

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