CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 2 marzo 2007 (ZENIT.org).- La primera visita del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin a Benedicto XVI, puede impulsar el diálogo entre ortodoxos y católicos, según confirman a Zenit los expertos consultados.
Putin se encontrará con el Papa el 13 de marzo, según ha confirmado el padre Ciro Benedettini, subdirector de la Oficina de Información de la Santa Sede.
Al día siguiente de la visita al Papa, en el marco de su visita de Estado a Italia, el presidente viajará a la ciudad sureña de Bari, donde realizará una específica misión de carácter ecuménico.
Putin, en nombre del Patriarcado Ortodoxo Ruso, debería pedir al Ayuntamiento de Bari, que entregue a éste en propiedad la iglesia Rusa de esa ciudad dedicada a San Nicolás, así como la residencia anexa.
La Iglesia y la residencia fueron construidos por la Iglesia ortodoxa rusa en 1913, en esta ciudad que a través de la historia del segundo milenio ha sido meta de peregrinaciones para los ortodoxos rusos, que tienen una gran devoción por san Nicolás.
La Iglesia fue construida por la Iglesia ortodoxa en 1913, pero fue comprada en circunstancias poco claras por el Ayuntamiento, en 1937. En estos momentos, la Iglesia es concedida en uso por el Ayuntamiento para el servicio litúrgico ortodoxo.
Putin pedirá que el templo pase a ser propiedad del Patriarcado. Es mucho más difícil que logre también paso de la propiedad de la residencia.
Para afrontar este objetivo, Putin podría pedir en Roma la intercesión del Vaticano ante las autoridades de Bari.
El padre Sergio Mercanzin, director del Centro Rusia Ecuménica, situado junto al Vaticano, dedicado a la promoción de la espiritualidad y el arte ortodoxos, considera que la visita de Putin puede ser benéfica para el diálogo entre Roma y Moscú.
«Las relaciones entre la Santa Sede y el Patriarcado han dado buenos pasos últimamente. La visita puede promoverlos», considera.