El sábado último de 17 a 22 horas los asambleístas de Gualeguaychú, Colón -siguieron ayer con la medida- y Concordia realizaron en forma simultánea otro corte de rutas en los tres pasos fronterizos con Uruguay.
El intendente de Colón Hugo Marsó no quiso hacer declaraciones periodísticas sobre este conflicto por sus diferencias con los ecologistas, pero cuando el MP3 estuvo apagado se mostró contrario a los cortes por considerarlos ilegales (ver aparte).
Hay unas 4.200 pasteras en el mundo de las cuales 600 están en Europa y el titular del Ejecutivo cree que el impacto negativo será bajo y en caso de ser mayor se puede accionar primero contra la empresa, luego contra quien prestó el dinero (Banco Mundial) y llegar hasta el Estado finlandés. A excepción de Valdivia (Chile) y Pontevedra (España), son industrias con un bajo impacto contaminante, dijo.
En esta línea, Joaquín Morales Solá escribió en La Nación que «si no hubiera contaminación, los argumentos de los asambleístas caerán por su propio peso. Y si los hubiera, los argumentos que caerán serán los de la empresa y los del Gobierno uruguayo. Lo más probable es que no haya contaminación porque Botnia quedó demasiado expuesta en el mundo».
En verano esta ciudad entrerriana ubicada al costado oeste del río Uruguay casi duplica su población por el turismo -especialmente de Buenos Aires-, pero durante el año la actividad comercial se reduce sensiblemente. Marsó había vaticinado que los comerciantes podrían llegar a protestar por los cortes y entonces no extrañó el levantamiento violento del bloqueo de los asambleístas que efectuaron cerca del puente que une con Paysandú.
El que sí habló con este cronista, en ocasión de estar de vacaciones en la provincia de Entre Ríos, sobre este conflicto fue Horacio Di Carli -integrante de la Asamblea Popular Ambiental de Colón.
-¿Cuáles son los argumentos por los que están en contra de las papeleras?
-Cualquier industria es contaminante, pero a nivel de industria celulósica está al tope de contaminación. Es de público conocimiento que esta empresa utiliza el proceso «craft» (dióxico de cloro) y con la misma tecnología se ha instalado en Chile y ha producido un impacto ambiental importante. Está programado utilizar un millón de toneladas de producción de celulosa anual en principio con un 1m3 de agua por segundo del río y ahora se habla de 2m3 por segundo. Representa el 1% de la producción mundial y equivale a 100 industrias en un solo lugar.
-¿En qué medida afectaría a la flora y la fauna del río Uruguay?
-Los efluentes y el cloro que se utiliza para su tratamiento van a parar al río, a una zona de reproducción de peces. Con el paso del tiempo, los peces van a ir acumulando sustancias tóxicas en su tejido adiposo y una parte de la población, consumidora de pescado, terminará con problemas cancerígenos. Además, está la chimenea que tiene 30 m y 17 bocas, que emitirá gases a 100 km a la redonda según sople el viento.
-¿También repercutiría en el turismo?
-Sí, lógicamente. Se espera una lluvia ácida y la quema de algunas sustancias que van a contaminar la zona en pocos meses. Donde hay una empresa de este tipo está vedada la producción agroalimentaria. Acá se vive del turismo, pero tampoco se puede engañar a la gente.
-¿Hay algún informe técnico de organismos internacionales que sean imparciales y objetivos sobre la incidencia del impacto ambiental?
-Se dejó pasar el tiempo y Botnia avanzó en la construcción; se estuvo esperando el informe de impacto ambiental que nunca se llevó a cabo. El informe para aprobar el crédito del Banco Mundial decía que este río tenía 200 m de profundidad, algo totalmente fuera de lugar porque puede tener de 6 a 12 m de profundidad; que el viento soplaba para Uruguay y en realidad es frecuente el viento desde la pastera hacia la Argentina.
-¿Cuáles fueron los aspectos que violaron el tratado del río Uruguay?
-El tratado se violó en varias oportunidades como lo precisó el Gobierno en La Haya: la imposición, el puerto, la toma de agua de Botnia, y la duplicación del caudal de la bomba de succión, siempre en forma unilateral desde el Uruguay.
-Desde el punto de vista legal los cortes atentan contra la libre circulación por las rutas que establece la Constitución. ¿Por qué utilizan esta metodología?
-El derecho de la libre circulación está contrapuesto con el derecho a la manifestación y también está el derecho a la vida. Hicimos consultas legales y siempre prima el derecho a la vida por sobre el resto de los derechos. Llegamos a esta instancia después de más de un año y pico de espera y estamos a unos meses del inicio del funcionamiento de Botnia.
No queda mucho tiempo, las medidas son extremas y perjudica a gente común. Si uno no está en la ruta es como que no existe.
El turismo creció el 14,5% en un año
Los que conocieron Colón, esta ciudad entrerriana ubicada sobre la costa oeste del río Uruguay y a unos 400 km de Rafaela, hace varios años y la visitan en la actualidad, quedarán sorprendidos.
Viven unos 24.000 colonenses durante el año y en verano la población trepa a casi el doble, llegando a unos 45.000. ¿Está la ciudad preparada para semejante aluvión turístico?
«La ciudad está un poco desbordada a tal punto que el consumo de energía en verano se triplica, el sistema cloacal está casi colapsado y la recolección de residuos se duplica; es un desafío brindar mejores servicios a los turistas, la mayoría es de Buenos Aires y las playas se extendieron 1.000 m más hacia el norte. El turismo creció en un 14,5% respecto al de 2006», dijo el intendente Hugo Marsó, en una entrevista con este cronista, en su despacho privado con vista a la plaza Washington.
Según publicó El Observador de Colón, la ocupación turística de Entre Ríos creció el 4% Se ocupan todos los lugares: campings, hoteles, casas y bungalows. A pesar de la presencia de las pasteras, la construcción no se detuvo y hay proyectos en marcha de 7 nuevos hoteles. «Lo que sí se frenó fue un proyecto para hacer un parque binacional en la zona de las islas para disfrutar la naturaleza», opinó Marsó quien va por el segundo mandado en las elecciones provinciales del 18 de marzo.
Emilio Grande (h.)
Este artículo fue publicado en el diario La Opinión de Rafaela, 12 de febrero de 2007.