La exacerbación dialéctica de algunos sectores del Gobierno e incluso de algún bizarro representante de uno de los eslabones de la cadena de producción del trigo; no hace más que sumar incertidumbres y malestar a quienes genuinamente aportan su esfuerzo todos los días para sobrellevar los distintos desafíos que significa producir en la Argentina de hoy y su contexto.
La suma de inexactitudes, falacias e ignorancia que uno escucha de aquellos que no tienen ni la menor idea de cómo es, el sistema de producción, de industrialización y de comercialización de la cadena triguera es por ser suaves una demostración de «analfabetismo productivo».
Hoy nos encontramos con el pan a $170/kg.
Vamos a desglosar cómo se compone el precio y cuánto influye verdaderamente el precio de la materia prima, en este caso, el trigo.
Un kg de trigo sale $ 21,50.
Se necesitan 1,25 kg de trigo para obtener 1 kg de harina, o sea que el trigo supone un costo de $ 27/kg de harina.
Con un kg de harina se obtienen 1,25 kg de pan. O sea que la incidencia del trigo es de $ 21,5 por kg de pan.
Es decir que el trigo tiene una incidencia final en el precio al público del pan del 12,65%.
Ojo, que si tomamos todo el abanico de panificados la incidencia del trigo se reduce al 7%.
Y, sin embargo, aún tenemos que escuchar que el problema está en el precio del trigo.
Por favor, dejen de agredirnos el intelecto.
La repetición de argumentos ideológicos, poco consistentes, carentes de veracidad, y la validación de los mismos por quienes deberían bregar por el desarrollo productivo del país; nos puede llevar a errores serios de diagnóstico. Ensayando soluciones donde no está el problema, sumando una nueva dificultad y no solucionando lo que se quería. Lo bueno es que ya lo vivimos en el pasado reciente, tenemos claro el resultado de ciertas acciones, que arrojaron como saldo la menor cosecha en 100 años y el precio del pan por las nubes.
Se viene la campaña fina, la intención de siembra dependerá de las expectativas y con ella se definirá una parte importante del futuro de la Argentina post-elecciones.
Los diagnósticos correctos, inequívocos y exactos son los que generaran decisiones acertadas y con ellas se aseguraran los resultados óptimos para no solo toda la cadena productiva, sino también para la mesa de todos los argentinos.