Semblanza por la partida del sacerdote Faustino Torralbo

Compartimos los hechos más importantes de la vida del presbítero español, ya a pocos días de su partida de la diócesis de Rafaela. Luego de 40 años de servicio y entrega, en pocos días regresará a España, su tierra natal.

El padre Faustino Torralbo Culebras nació en Pareja (Provincia de Guadalajara, España), un pueblito de 800 habitantes, el 21 de noviembre de 1938. Sus padres, Gregoria y Julio eran agricultores. Allí hizo su escuela primaria y después  fue a Alcalá de Henares (ciudad donde nació Cervantes) a hacer el secundario. Durante su tiempo de estudio comenzó a experimentar algunas inquietudes vocacionales y se hizo muy amigo de un sacerdote jesuita. Fue conociendo el noviciado de los jesuitas y la comunidad e hizo su primer retiro vocacional con ellos. Pero con ese retiro y acompañamiento descubrió que su vocación era el sacerdocio diocesano.

Se puso en contacto con el obispo de su diócesis de Sigüenza-Guadalajara e ingresó al Seminario y comenzó estudiando latín porque no había hecho el Seminario Menor. Después de los estudios de Filosofía y Teología recibió la ordenación sacerdotal de manos de monseñor Laureano Castán Lacoma el 24 de agosto de 1964 y celebró la primera Misa en su pueblo natal. Como primer destino pastoral fue enviado a un pueblo en la montaña, en un lugar muy dificultoso para llegar. Estuvo allí dos años y después fue enviado a la co-catedral de Guadalajara, donde permaneció un año. Luego fue enviado a otro pueblo donde permaneció dos años para ser enviado finalmente al Seminario y así ayudar al rector en la formación de los seminaristas. Estuvo durante un año a cargo de un curso de seminaristas. De allí fue a una parroquia donde estuvo ocho años, en un pueblo de alrededor de 800 habitantes. Estando ahí se dio cuenta que había recorrido bastante su diócesis, y sabiendo de la necesidad que había en América y de la existencia de sacerdotes que desde Europa acudían a ayudar, y conociendo además que en la diócesis de Rafaela estaba ya un sacerdote conocido suyo, el padre Javier Egaña, es que finalmente visita la diócesis, se encuentra con monseñor Jorge Casaretto y -después de un tiempo- concretó su arribo a la diócesis en noviembre de 1982. Durante sus casi 40 años entre nosotros sirvió en las siguientes parroquias: Nuestra Señora de Fátima en Rafaela, Susana, San Vicente, Humberto Primo (incluyendo Ataliva y Moises Ville), San Guillermo, Zenón Pereyra y una vez que renunció al oficio de párroco fue enviado a colaborar en la Catedral.

En los próximos días emprenderá el regreso definitivo a España, para vivir junto a otros sacerdotes de su diócesis de origen en una residencia sacerdotal. Por eso escribimos esta semblanza, para conocer un poco más de su vida y de su ministerio entre nosotros, y desde ya comprometer nuestra oración agradecida a Dios por estos cuarenta años de entrega del padre Faustino en medio de nosotros. La Diócesis de Rafaela pide que la Virgen de Guadalupe y San José Obrero lo sigan acompañando y bendiciendo todos los días de su vida.

Colaboración de la Pastoral de las Comunicaciones de la Diócesis de Rafaela.

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