El obispo de Rafaela Luis Fernández ordenó durante febrero a seis nuevos diáconos permanentes, que servirán en diferentes comunidades parroquiales de la diócesis.
Las celebraciones se realizaron los días 15, 16, 25 y 26 del mes pasado, con la participación de sacerdotes, diáconos, familiares y miembros de las comunidades parroquiales, según los protocolos vigentes. También se realizaron las transmisiones en vivo por redes sociales para quienes no pudieron participar de manera presencial.
El lunes 15, fue ordenado Héctor Gaitán, en la parroquia San Cayetano de la ciudad de Rafaela. “La vocación diaconal, no nace de la ‘nada’, ni tiene su origen en las realidades de este mundo, ni aún en sus necesidades. Tampoco es algo ‘mágico’, ni nace por el ‘mérito o cualidades humanas’. Tiene su origen en el misterioso amor infinito y misericordioso de Dios”, expresó el prelado en la homilía.
Al día siguiente, el martes 16, en la localidad de San Cristóbal, en el norte de la jurisdicción diocesana, tuvo lugar la celebración en la que fue ordenado Rubén Gianelli, quien colaborará en las comunidades de las parroquias San Cristóbal y Nuestra Señora de los Dolores, de Soledad. “Recibís el diaconado para ser ‘sal de la tierra’, no dejes que pierda su sabor la vida, donde la humanidad está viviendo momentos tan difíciles”, le recordó al nuevo ordenado.
Luego, el jueves 25, la comunidad de la parroquia de San Guillermo, de la localidad homónima, acompañó a Victor Fagiano y Walter Gorosito en su consagración en el Orden Sagrado Diaconal. En la misa, el obispo destacó que “el servicio entonces, es lo específico de su espiritualidad, en especial hacia los que la Iglesia hoy ha puesto en el centro yendo desde las periferias: los más abandonados, los que el mundo desecha, y caminar hacia el centro donde sabemos que los privilegiados de Dios son los pobres, los excluidos de las sociedades actuales.”
Por último, el viernes 26, en la parroquia Santa Catalina de Suardi, fueron Javier Barolo y Mario Gerber quienes recibieron el diaconado permanente. En la celebración eucarística al aire libre, monseñor Fernández también se dirigió a ellos y sus familias y la comunidad presente destacando que “el don del Orden Sagrado del Diaconado está en colaboración estrecha con el Párroco, con los laicos y con toda la comunidad, fundamentalmente para servir, haciendo presente a Jesús Servidor del Padre, que no vino a ser servido, sino a servir”.
Fuente: https://aica.org/