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30 años de la muerte de Rafael R. Actis

Por Emilio Grande (h.).- El 28 de febrero último se cumplieron 30 años de la muerte de Rafael Rodolfo Actis, quien fuera un personaje público de nuestra ciudad al dejar una huella indeleble en los ámbitos periodístico, deportivo y político.
Había nacido en la ciudad de Sunchales el 18 de julio de 1899. Se casó con Teresa Re, de cuyo matrimonio nació María Yvete, quien contrajo enlace con Emilio José Grande y le dieron cinco nietos: Antonio Mario, Rafael Alberto, María Teresa, José María y quien escribe esta crónica.
Desde muy joven abrazó el periodismo, primero en Sunchales: «El eco del oeste» y «El faro de Sunchales». Una vez radicado en Rafaela el 15 de noviembre de 1916, se incorporó al diario «El Liberal» (funcionaba en Belgrano y Saavedra donde está Perfumería Oliveras), como tipógrafo y cronista deportivo, bajo la dirección de Camilo A. Simonetta.
En 1918 integró la redacción de «Juventud Sportiva» juntamente con los hermanos Buffelli, los hermanos Simonetta, J. Antonio Ramonda y Francisco Pérez Torres.
En 1921 integró el grupo fundador del diario La Opinión junto a Leopoldo López, Fernando Dentesano (fue maestro de don Rafael), los hermanos Santos y Miguel Buffelli, desempeñándose como jefe de deportes. Luego, ejerció la dirección de este diario durante 32 años (1924-1957) y fue presidente del directorio de Buffelli & Actis SA, donde después pasaría a la dirección del diario «La Libertad» de Avellaneda (Buenos Aires) que ejerció durante dos años.
Además, fue director fundador del periódico “El Fuerte” de Sunchales (1936-1938) y del diario “San Francisco” de la ciudad homónima (1938-1940). Una vez jubilado, colaboró en La Opinión y fue corresponsal de “Los Principios” de Córdoba. Fue autor de la denominación “Perla del Oeste” que se impuso en Rafaela en 1924.
Como deportista practicó fútbol como centrohalf (mediocampista central) en el Club 1º de Mayo del que fue presidente en 1924. También presidió la Liga Rafaelina de Fútbol en varios períodos: 1932, 1943-54, 1969-71 y 1973. Por este motivo, la sala de sesiones de la sede de la Liga lleva su nombre, placa que fue descubierta el domingo 4 de agosto de 1985. Fue presidente de la Peña Racinguista de Rafaela.
Otra de sus facetas fue la dilatada actuación política. Sufrió la cárcel en su lucha por derrotar al gobierno fraudulento del general Agustín P. Justo (1932-1938). Luego, tuvo una destacada participación en el Partido Justicialista. Luchó en la resistencia peronista de 1955 a 1973. Además, ocupó la Secretaría de la Intendencia Municipal de Rafaela durante las gestiones de Domingo Albornoz e Ignacio López en 1953-1954. En 1957 fue candidato a diputado nacional por el PJ, pero cuatro días antes de las elecciones Perón retiró las listas. Fue concejal del FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) entre 1973-1976 hasta el golpe militar.
Integró la comisión directiva de la Sociedad Italiana «Víctor Manuel II». Falleció a los 85 años el 28 de febrero de 1985.
A propuesta de nuestra familia más los avales de Luis María «Pachún» Barreiro, Renato Muñiz, Hermindo Pavetti, Norberto Frenquelli, Marco Antonio Terragni, Lorenzo Inardi, Ricardo Lavalle y en calidad de adherente Omar Vecchioli, el Concejo Municipal sancionó la ordenanza Nº 3.382 del 21 de diciembre de 2000, promulgada por el entonces intendente Ricardo Peirone, designando con su nombre a la calle ubicada en el sector sureste del barrio Pablo Pizzurno, que nace en bulevar Hipólito Yrigoyen a la altura del 1500 y se extiende hacia el Este.

ANECDOTAS EN
PRIMERA PERSONA
Lo narrado fueron si se quiere datos ya conocidos y fríos de los hechos salientes de su vida prolífica y polifacética. Ahora voy a recordar algunas anécdotas que mamé en mi calidad de ser el nieto más chico.
En el tiempo en que vivía en Sunchales, venían a jugar al fútbol a Rafaela en volanta y al regreso, especialmente los días en que hacía mucho frío, se turnaban algunos en el citado carruaje y otros corriendo a la par.
Cuando era presidente de la Liga, el fútbol rafaelino participó en los torneos nacionales, logrando importantes lauros. En una ocasión en la década del cincuenta el equipo liguista fue a jugar a la ciudad de Concordia, previo al partido le dieron un almuerzo suculento para que estuvieran pesados los jugadores, pero les salió mal la jugada porque se impuso el equipo rafaelino a pesar de la comilona.
Era un lector voraz de diarios, revistas y libros, y la Biblia fue lo último que leyó en su vida. En los últimos años, después de la siesta, se pasaba horas, todas las tardes leyendo en la cama, mientras la nona Teresa -su esposa- le cebaba interminables mates, caminando desde la cocina hasta la habitación. Cuando el nono avisaba que estaba terminando, solía decir: «el último» y luego «el de yapa…».
Era muy compañero de su mujer en los quehaceres de la casa, a tal punto que le ayudaba a cocinar y amasar los tallarines el sábado a la noche, para dejarlos reposar en una mesa, esperando al día siguiente a que fueran a comer su hija, su yerno y sus nietos, «ceremonia» que se cumplía todos los domingos al mediodía y a la noche, demostrando ser muy «familiero».
Era de buen comer en cantidad y calidad en casa. Cuando le servían el plato decía «poquito, poquito», pero a la postre repetía varias veces. Y cuando lo invitaban a comer afuera, a veces frecuentaba caer con algún amigo.
Era fanático hincha de Racing: tuvo la suerte de verlo campeón de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental con el recordado equipo de Juan José Pizzuti en 1967, derrotando al Celtic Football Club en Uruguay, pero tuvo que sufrir en vida el descenso a la Primera B y su muerte lo sorprendió viéndolo en esa categoría.
Podría seguir pintando y describiendo a mi querido nono Rafa, a quien apodaba cariñosamente como «Bochini» no por el jugador de Independiente sino por la pelada. A decir verdad, era una persona buena, íntegra, cabal, emprendedora, creyente, de quien tengo los mejores recuerdos y de quien heredé esta noble profesión del periodismo con dos secretos: nombrar a mucha gente y levantar polvareda…

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 5 de marzo de 2015.

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