
La paz es un don de Dios que el hombre busca destruir…
El hombre se está destruyendo por su propia ambición de poder, de jugar a ser Dios, qué ilusos; Dios hay uno solo y nadie podrá equipararlo. Jesús promete a sus seguidores una paz que viene de Él, una paz que trasciende las situaciones externas y que viene de nuestra relación con Dios.