La guerra es un tremendo mal de males
Más pronto que tarde tenemos que hermanarnos, salir de este enfermizo calvario dominador, por el camino de la mano tendida y el corazón en diálogo.
Más pronto que tarde tenemos que hermanarnos, salir de este enfermizo calvario dominador, por el camino de la mano tendida y el corazón en diálogo.
A la madre hay que valorarla todos los días mientras viva, escuchando sus consejos, sugerencias y críticas constructivas. Para quienes no la tenemos un consuelo y un recuerdo especial, en agradecimiento por las enseñanzas y vivencias compartidas…