Recordar y reafirmar
Celebremos que gracias a las convenciones mundiales se hayan prohibido a nivel global las armas químicas y biológicas, pero dichos acuerdos tienen que ser aceptados de manera universal y aplicados, de manera contundente, en su totalidad. La vida no vuelve atrás, y perder un minuto en desmantelar el mayor potencial destructivo del mundo, como son este tipo de armas, concebidas tanto para aterrorizar como para destruir, es un riesgo que debemos atajar cuanto antes.
Por Víctor Corcoba Herrero (Granada, España)