Otra ofensiva que desnuda la precariedad institucional
Al periodismo independiente le queda el deber irrenunciable de no perder nunca su autoridad moral ni su razón de existir, que consiste en sostener una mirada crítica del poder. No debe prestarse a «fusilamientos», pero tampoco debe permitir que lo fusilen.
Por Joaquín Morales Solá (Buenos Aires)






