El fin de un ciclo de poder discrecional
Los propios legisladores kirchneristas se resisten a defender a Claudio Uberti, alegre anfitrión del valijero venezolano con 800 mil dólares; a Daniel Varizat, un asesino serial en potencia, si la suerte no lo hubiera acompañado cuando lanzó su ostentosa 4 x 4 sobre una manifestación de docentes, o a Ricardo Jaime, el funcionario más investigado por la generosidad con que desordena los recursos públicos.
Por Joaquín Morales Solá